La frase fue dicha por la psicóloga Erika González, quien estuvo en el programa “Palabras más, palabras menos”, que se transmite por DAP Noticias y CTV de Garupá. “Hace seis año ejerzo, empecé trabajando con niños dentro del espectro autista, el año pasado incursioné en adolescentes y me encantó. Hay que entender que ellos no están enfermos, solo ven las cosas desde un punto de vista distinto”, detalló.
Contó que “el año pasado con la pandemia nos tuvimos que adaptar a la virtualidad, no estábamos preparados y fue un desafío, que funcionó en algunos casos y en otros no, por lo que se volvió a la presencialidad con los protocolos”.
Respecto al espectro autista, reveló que “a los seis años el niño responde al nombre, señala las cosas cuando quiere algo. Tienen su manera de comunicarse y necesitan la mirada del otro Hay que ver si cuando los llamamos si no mira o sigue en lo suyo, también ver si quiere jugar con otros. A los más pequeños hay que incentivarlos. Es una puerta a la socialización. Así aprenden”.
Añadió que “al año y medio ellos incluyen a los padres en el juego. Luego se retraen un poco. Sus juegos se tornan repetitivos por semanas o meses. Los sonidos fuertes o inesperados los alteran mucho. Hay también un mutismo, pero cada caso es distintos. Cada tratamiento es diferente, dependiendo de la persona”.
En ese sentido, González dejó en claro que “hay que incluir en el tratamiento también a padres o gente que convive con los niños. Cuanto más chico empieza el tratamiento, mejor. Es necesario estar todo el tiempo viendo qué necesita ese niño, adolescente o adulto”.
En el último tramo de la charla, la psicóloga enfatizó que “el autismo no es una enfermedad, es una condición, ellos ven de una manera distinta el mundo. Nosotros no ponemos en el lugar del otro y imitamos y ellos tienen dificultades para eso. Ven las cosas de otra manera y por eso no encajan”.